lunes, 21 de mayo de 2018

Casuística de Galapagar

"¿En qué ocasiones puede un religioso dejar el hábito sin incurrir en la excomunión? [...] Si se lo quita por una causa vergonzosa, como para hurtar secretamente o para ir de incógnito a un lupanar, con voluntad de volvérsele a vestir después.[...] ¿Y de dónde viene padre mío que a los religiosos los hayan librado de la excomunión en estas ocasiones?¿No lo comprendes? Me dijo. ¿No ves el escándalo que sería si se hallase a un religioso en ocurrencia semejante con su hábito de religión? " 

Blaise Pascal, Cartas escritas a un Provincial, Carta Sexta.


1. Dice un tratado de moral jesuítico obra de discípulos del gran casuista Vázquez, abundantemente citado por Pascal en Las Cartas a un Provincial, que un sacerdote nunca debe deshonrar su sotana, por ejemplo fornicando con ella puesta, pero que evita deshonrarla si ha tenido la precaución de quitársela para fornicar. También sostiene que un sacerdote que ha hecho voto de castidad ofende a Dios, pero solo lo hace si al fornicar busca ofender a Dios y no satisfacer su deseo, estribando el pecado siempre en la intención y nunca en el acto. En último término en buena teología moral de la intención, el único verdadero pecado, el que lleva a condenarse es el que se comete con la intención directa de condenarse.

2. Si los dirigentes de Podemos no se hubieran dedicado a predicar la austeridad de los cargos públicos y a fustigar a quienes se compraban viviendas por el valor de la suya, su decisión de compra no sería un problema para nadie sensato y no habrían incurrido en ninguna incoherencia que deshonrase sus propios valores. La dificultad surge de que, en un pasado muy próximo, hayan emitido esas críticas dentro de un repertorio de argumentos esencial para su propia identidad de líderes de una organización populista.

3. La anécdota del chalé equivale a que pillaran a un sacerdote que ha hecho voto de castidad exhibiéndose con un par de amantes, sin quitarse ni siquiera para ello la sotana. (cf. punto 1) En sí esa exhibición, en una sociedad en la que hay libertad sexual no plantearía ningún problema, pero sí que pone en entredicho la coherencia de quien defiende la castidad. Del mismo modo, una sociedad con valores y ambiciones de clase media no puede censurar la compra de un chalé, pues tal es el ideal o el "proyecto de vida" de toda clase media que se precie; llama solo la atención que lo haga quien ha hecho su carrera política poniendo en entredicho esos valores.

4. Después de eso, ni el cura católico ligón, ni Pablo Iglesias e Irene Montero tienen muchos argumentos frente a sus críticos. Un anticatólico fustigará la hipocresía de la Iglesia y un adversario político de Podemos la de los dirigentes de esa organización. Por otra parte, la opción por el modo de vida de la clase media es en sí todo un manifiesto político, bastante opuesto a la crítica de la utopía de la clase media que contenía, de manera ciertamente contradictoria, el discurso del 15M. Obviamente esa opción muestra que se acepta como programa estar "en manos de políticos y banqueros". Nada que objetar desde el punto de vista de la legalidad, pero este cambio de línea puede criticarse desde el punto de vista político, estético y moral.

5. De todos modos, no faltan aún hoy teólogos morales de la intención dentro de la Nueva Política, perfectamente dispuestos a demostrar que Pablo e Irene nunca tuvieron intención de ser incoherentes con sus propios principios, pues su intención no era quebrantarlos sino solo disfrutar de las comodidades de un chalé en la sierra. Supongo que pasaría lo mismo, hicieran lo que hicieran, pues para el fiel, como para el teólogo moral jesuítico, el dirigente siempre tiene una intención buena, aunque la apariencia de sus actos parezca reprensible. Los fieles del Mesías judío Sabbatai Tseví, en la Esmirna del siglo XVII, vieron en la conversión de este al Islam un signo de su verdadera vocación mesiánica en la que se cumplía por caminos torcidos la intención oculta de Dios. Siguen existiendo hoy los fieles de Sabbatai (los Dunmeh), convertidos ellos mismos al Islam y esperando ocultamente el regreso de su Mesías. Cada vez son menos numerosos, pero existen.

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