jueves, 24 de febrero de 2011

Aviso a la derecha... y a la izquierda: el Mubarak cubano fue derribado el 1 de enero de 1959

Fulgencio Batista, el Mubarak cubano


1. Hay dos maneras de no entender o de no querer entender lo que está ocurriendo hoy en el mundo árabe. La primera consiste en afirmar que lo que piden los pueblos insurrectos es "democracia", el tipo de democracia que conocemos en Europa o los Estados Unidos y que el Imperio ha exportado por las armas a Iraq y Afganistán. Esta postura intenta cerrar lo antes posible y con las menores consecuencias posibles el momento revolucionario. De lo que se trata es de que ese poder constituyente, manifestación de un sujeto histórico intermitente y evanescente como es todo sujeto revolucionario, desaparezca del escenario para dejar paso al orden normal de las cosas. En los expresivos términos de Jacques Rancière, se trata de que la política, la siempre traumática salida a escena de los excluidos, de los no representados y no contados, deje paso a la gestión de lo representable, que él denomina con histórica precisión "policía". 


Nosotros vivimos en ese fantasma que se autodenomina Occidente en un reino apolítico de la gestión, en un Estado de policía que denominamos "democracia", pero que describe mucho mejor Alain Badiou con su término "capitalo-parlamentarismo". Cuando la multitud sale a la calle y crea en Túnez y en Egipto un espacio público político que antes no existía y cuando la dinámica misma de ese espacio público transformada en poder constituyente expulsa a los tiranos neocoloniales que gestionaban policialmente sus países, ciertamente hay un impulso democrático. Ahora bien, ese impulso democrático es político, manifiesta una voluntad de incluir a los excluidos, de representar lo hasta el momento irrepresentable. 


Una revolución es siempre un acto imposible que deviene real. El orden policial es el cálculo y gestión de los posibles, de tal modo que nuestras "democracias" sólo son capaces de repetir incansablemente la misma cantilena capitalista mediante la exclusión efectiva de las mayorías sociales de los centros de decisión. El sistema de democracia representativa de partidos es así un formidable mecanismo que permite tener a la chusma -que es la mayor parte de la población- a raya, pues en el capitalismo democrático, sólo se representan, sólo tienen voz, los sectores sociales que no ponen en peligro el sistema de explotación. Que no se desconsuele la "disidencia" cubana,  resulta tan difícil en la democrática Europa cuestionar de manera efectiva el orden capitalista como hacer propaganda en favor del capitalismo en Cuba. Son cosas de la lucha de clases que, en cada caso, define el orden de lo posible. La política, cuya expresión más visible es la revolución, rompe con un orden de posibles imposibilitantes afirmando incondicionalmente que lo que ayer era inconcebible pasa a ser una realidad efectiva. Lo posible no es la condición "realista" de la novedad y del "progreso", sino la repetición de lo mismo. Sólo la exigencia propiamente política de lo imposible crea la verdadera novedad.


Los procesos abiertos en el mundo árabe pueden así evolucionar en dos direcciones: o bien se encaminan a consolidar la representación de los nuevos sectores sociales que han emergido en las revoluciones en curso, o bien se cierran mediante una rápida normalización "democrática". La primera opción conduce inevitablemente a una toma de distancia de los países árabes en revolución respecto del orden capitalista mundial, que puede tomar la forma abierta de una revolución socialista o, como mínimo, la de una contestación radical del oden neoliberal. En la América Latina actual tenemos ejemplos de ambos tipos de procesos y de sus combinaciones. Efectivamente, las dictaduras neocoloniales del mundo árabe perpetúan un sistema de dominación y de dependencia impuesto por el orden capitalista mundial. La famosa "imposibilidad" de la democracia en el mundo árabe no es sino la incompatibilidad de cualquier forma de democracia con la necesaria supeditación de los pueblos a un orden neocolonial. Las dictaduras tunecina y egipcia, pero también el resto de los regímenes árabes, son instrumentos de la dominación neocolonial europea y norteamericana. Son los antiguos regímenes coloniales gestionados por "personal indígena". De ahí que la ruptura con las tiranías suponga necesariamente, si quiere consolidarse como tal, una ruptura con el lugar neocolonial que corresponde a estos países en la organización capitalista del planeta. Esto lo comprendieron muy rápidamente los revolucionarios cubanos que derribaron la tiranía de Batista y tuvieron que radicalizar sus objetivos democráticos y nacionalistas iniciales iniciando un largo proceso de salida del capitalismo.


2. La segunda manera de no querer entender lo que está pasando consiste en considerar que todo es resultado de una vasta conspiración imperial. Algunos sectores de la izquierda lo afirman, considerando que unos pueblos que no son dirigidos por organizaciones de izquierda tienen que estar manipulados por el imperialismo. Los que sostienen esta hipótesis afirman además que, mediante estas revoluciones orquestadas que se parecerían a las revoluciones "de colores" de Europa del Este y de la antigua URSS, Europa y los EEUU obtendrían una remodelación política del norte de África y del Oriente Medio favorables a sus intereses. Extraña idea, pues cabe preguntarse cómo se puede defender mejor los intereses del capital a nivel mundial y los del orden neocolonial en su propia región de lo que lo hicieran personajes como Mubarak o Ben Alí, cuyas alabanzas como dirigentes moderados y buenos gestores económicos fueron cantadas por todos los dirigentes occidentales y por el FMI hasta el momento mismo en que sus pueblos los derribaron. La situación abierta por los procesos en curso es demasiado peligrosa para el orden capitalista mundial para que esa hipótesis conspiracionista pueda tomarse en serio. Ciertamente, en un proceso abierto nada está decidido y puede darse una relativa vuelta atrás, pues todo depende de la correlación de fuerzas, pero ello no quiere decir que deba descartarse una evolución de estos procesos hacia una definitiva ruptura con el orden neocolonial. Recuérdese que, cuando triunfaron los revolucionarios cubanos en 1959 se planteaban exactamente las mismas disyuntivas, hasta que estos comprendieron que una democracia en Cuba significaba necesariamente una ruptura con el capitalismo dependiente y, en último término, con el capitalismo sin más.


Resultan sumamente alarmantes algunas reacciones latinoamericanas a los acontecimientos del norte de África. En primer lugar, la tibieza con que los medios de los gobiernos de izquierda acogieron los procesos revolucionarios de Túnez y de Egipto. Puede comprenderse que países que los Estados Unidos han puesto en el Eje del Mal teman un zarpazo del Imperio y que vean la oleada revolucionria del mundo árabe como un proceso de "normalización democrática" de la región que podría extenderse a los procesos políticos latinoamericanos en ruptura con el neoliberalismo y el capitalismo. Sin embargo, la hipótesis de una serie de "revoluciones de colores" manipuladas desde Washington no se sostiene. Ver con recelo desde La Habana, Caracas o Managua los procesos revolucionarios en curso, peor aún, defender, como ha hecho Daniel Ortega, a un personaje impresentable como Muamar El Qadafi, sanguinario "kapó" árabe de los campos de exterminio europeos para emigrantes clandestinos en suelo libio y notorio compañero de orgías y negocios de Silvio Berlusconi, es hacer un gigantesco favor al Imperio en la difícil situación que hoy atraviesa. 


Desconfiar de las revoluciones árabes, apoyar, aun sea tibia y ambiguamente, a los tiranías neocoloniales que oprimen a sus pueblos es prestar el flanco a una brutal ofensiva imperial. Lo que hoy ocurre en el mundo árabe no es la continuación de la "democratización" de Iraq o de Afganistán "por otros medios", sino una serie de genuinos procesos revolucionarios con todas sus posibilidades y riesgos. En Cuba derribaron a Mubarak hace algo más de 50 años, en Venezuela expulsaron a Ben Alí hace ya más de un decenio. Hace falta la torva imaginación de la colaboradora de PRISA en Cuba Yoaní Sánchez para sugerir que los dirigentes de su país se aferran a "las posesiones materiales que alcanzaron con el poder: las piscinas, los yates, las botellas de whisky, las abultadas cuentas bancarias y las mansiones por todo el territorio nacional." Yo personalmente no tengo noticia de esas posesiones materiales ni conozco a nadie que las haya visto. De lo que se trata es de crear una imagen de Cuba comparable a las de las tiranías norteafricanas en las que unos dirigentes corruptos se han enriquecido sin límite a costa de la población. El problema de Yoaní, es que, cualesquiera que sean los errores que, sin duda ha cometido la dirección revolucionaria y el gobierno de Cuba y de los que, como ciudadana tiene derecho a quejarse, esa casta oligárquica neocolonial que ella imagina no existe hoy en Cuba. Esto explica también el fracaso de los repetidos llamamientos de la "oposición" cubana a organizar manifestaciones contra el gobierno, espléndidamente ilustrado por el blog de Enrique Ubieta. Que los blogueros y los grandes grupos de prensa del anticomunismo no se equivoquen de período histórico: en Cuba Mubarak fue derrocado un ya lejano 1 de enero de 1959.

9 comentarios:

Francisco Alberto Domínguez dijo...

Hola John,

Una vez más, Francisco.
Voy a empezar por aclararle, para irnos conociendo, que yo no soy anticomunista. En realidad yo prefiero no ser anti-, no solo porque temo llegar a ser antipático, sino porque ser anti- solamente cierra puertas y destruye caminos. Lo enfoca a uno en destruir, no en crear... aunque, si quiere encuadrarme bien, puede catalogarme como antisinvergüenza.
Dice usted: "Yo personalmente no tengo noticia de esas posesiones materiales ni conozco a nadie que las haya visto."
Bueno, yo conozco a un profesor de física cubano que introducía el concepto de velocidad así: "Ahora vamos a estudiar el tiempo que toma recorrer todo el frente de la casita de Ramiro Valdez".
Usted debe conocer el área de La Habana llamada Miramar. Allí vivía la gran burguesía cubana antes de la Revolución. ¿Quién vive allí ahora?
Mire Juan, sea comunista, revolucionario, pero no sea bobo, hombre.
De nuevo, visite este sitio: www.nuevoaccion.com Allí puede ver la vida que se da la dirigencia cubana y sus cachorros.
Por cierto, ayer mi suegra se fracturó una pierna y no pudo encontrar un analgésico en toda su provincia para calmarse el dolor.
Y como le decía hace poco a Ubieta: la gente no se rebela en Cuba porque el cubano prefiere marcharse del país que rebelarse; le es mucho más fácil cruzar un río lleno de cocodrilos que fajarse con un león dentro de una jaula.
Usted debe saber muy bien que el "no rebelarse" no mide en lo absoluto el nivel de descontento de una población; la emigración es una medida mucho mejor. Y en Cuba hay suficiente evidencia para concluir que el descontento es bastante grande, aún cuando las plazas se llenen de "partidarios" de la Revolución.
Batista también llenaba plazas y mire...

Saludos,
Francisco

Anónimo dijo...

Bueno decir el Gadafi Cubano, al dictador Fidel Castro, ya es bajarle la categoria absoluta de Dictador Vitalicio y Tiranosaurio Mayor.
El desempleo, la miseria, el hambre, la opresion y la delincuencia creciente, seran el detonante para la caida del regimen del Tiranosario Fidel castro y Raula?

Iohannesmaurus dijo...

Francisco:
Comprendo su rabia, sobre todo tras haber visitado el sitio que me recomienda. Francamente me parece malo, desbordante de resentimiento y hostil a todo lo que la mayoría de sus conciudadanos han hecho durante los últimos 50 años. Nostálgico del batistato y de la neocolonia.
Usted no sabe lo que son dirigentes voraces y rapaces. Lo de Valdés es una broma, supongo. Por lo demás, ustedes no aportan ninguna prueba fehaciente de que se haya constituido una oligarquía económica en Cuba. En Cuba no hay ningún Berlusconi, ni ningún Felipe González.
Créame, una de las garantías de supervivencia de la revolución cubana es la hostilidad brutal de los EEUU (que mantienen un acto de guerra como el bloqueo durante más de 50 años) y una "oposición" cuyo estilo es el de los genocidas colombianos o salvadoreños. Por muy mal que vayan algunas cosas en Cuba, ustedes siguen dando mucho miedo. ¿Cómo habla Vd. de diálogo y apoya a Posada Carriles? Empiezo a comprender por qué Ubieta no le publica sus comentarios. En ningú país civilizado puede aceptarse que nadie apoye atentados contra la población civil como los perpetrados por ese señor y sus amigos cubanos y norteamericanos.

La democracia interclasista que usted predica, en América Latina es una farsa o una broma macabra. Usted mismo lo demuestra en cada una de las páginas del sitio que tanto me recomienda. Si usted quiere democracia en Cuba, la tendrá, pero con unas relaciones sociales comunistas. Una democracia basada en la propiedad en un país dependiente es indiscernible de una dictadura oligárquica contra la mayoría de la población.
Por último, aunque como materialista no divinizo ni a Fidel ni a Dios mismo, y puedo ser sumamente crítico con el gobierno de Cuba, Fidel Castro es uno de los pocos políticos de este planeta que me merece algún respeto. Ningún político razona en público los actos de su gobierno en el occidente que usted tanto admira: les basta decir que "es la economía, estúpidos" o es "la razón de Estado, estúpidos". "Estúpidos", en cualquier caso. Aun en su ya avanzada edad, quien usted denomina el Tiranosaurio sigue dando explicaciones. Algunas no las comparto, pero no nos toma por estúpidos como pueden hacerlo Zapatero, Aznar u Obama.
De todas formas, creo que la distancia entre nuestras posiciones es demasiado grande para que de todo esto slga nada muy útil.
Saludos
JB

Francisco Alberto Domínguez dijo...

Estimado Juan,

Yo no le he recomendado a usted ningún sitio. No es lo mismo recomendar, que instarlo a que lo visitara para que viera las fotografías de las que le hablo, donde se puede apreciar la buena vida que se dan los de arriba en Cuba. Ni comparto la filosofía del sitio ni la de sus colaboradores, ni tengo absolutamente nada que ver con ese sitio. Simplemente publicaron unas fotografías que demuestran lo bien que viven los pandilleros de Cuba. Ahora las puede apreciar todas, en compañía de otras muy reveladoras, en mi blog: tandadedominguez.blogspot.com, incluyendo el muro largo del "chiste" sobre la casa de Ramiro Valdez.

¿Quién le dijo a usted que yo apoyo a Posada Carriles? ¿Dónde lo leyó?

Pero ya que usted dice que "En ningún país civilizado puede aceptarse que nadie apoye atentados contra la población civil como los perpetrados por ese señor y sus amigos cubanos y norteamericanos.", supongo que usted ya ha condenado al Movimiento 26 de Julio de Fidel Castro, uno de los creadores del terrorismo como método de lucha, incluyendo hasta el primer secuestro aéreo.

He aquí un fragmento de la biografía de Noel Fernández, jefe de acción y sabotaje del 26 de julio en Camagüey, sacada de una página cubana (http://www.ecured.cu/index.php/Noel_Fernández):

"Valores de su vida como combatiente:

Cuando en Camagüey comienza a sentirse la represión de la tiranía batistiana, Noel, como otros muchos jóvenes, se incorpora a la lucha clandestina. Inició dichas actividades en 1957 realizando numerosos sabotajes, como el incendio de varios ómnibus locales en lugares céntricos de la ciudad.
Su primer trabajo revolucionario de importancia fue la colocación de una bomba en el club nocturno llamado "Moroceo", hecho que se llevó a cabo como una forma única de hacer comprender que no era justo que mientras muchos morían peleando o sufrían prisión otros se divirtieran ignorantes, indiferentes del momento crítico por el que atravesaba Cuba."
Lea la entrevista que Posada Carriles tuvo con el New York Times y su respuesta dice prácticamente lo mismo.
Mire hasta se lo voy a escribir como lo escribirían en Nuevo Acción:
"Cuando en Cuba comienza a sentirse la represión de la tiranía castrista, Posada Carriles, como otros muchos jóvenes, se incorpora a la lucha clandestina. Inició dichas actividades en 1959 realizando numerosos sabotajes, como el incendio de varios ómnibus locales en lugares céntricos de la ciudad.
Su primer trabajo contrarrevolucionario de importancia fue la colocación de una bomba en el club nocturno..."
Y es que tanto Posada Carriles, como Noel Fernández, como Fidel Castro, que en su juventud fue miembro del grupo gansteril Unión Insurreccional Revolucionaria, encabezado por Emilio Tró y protagonista de uno de los hechos ominosos de la historia de Cuba, La masacre de Orfila, y también los que escriben en Nuevo Acción, todos pertenecen a una generación de cubanos que creía en la violencia como forma de conseguir sus objetivos políticos.
Yo, señor, no comparto esas ideas. Soy de varias generaciones después que ellos. Cuando me enrabieto, me quito la rabia escuchando discursos de Martin Luther King...
Esto sí que se lo recomiendo: lea historia de Cuba.
(sigue)

Francisco Alberto Domínguez dijo...

Continuacion:
Y si he dejado de creer en una sociedad sin clases es precisamente porque la experiencia cubana me ha demostrado que es imposible. Si el comunismo fuera tan bueno, como usted dice, jamás hubiesemos dejado de ser comunistas hace ya miles de años. Si lo dejamos de ser es porque en aquel momento se convirtió en una necesidad, cuando la repartición de acuerdo a las necesidades de cada cual llevaba, entonces como ahora, a la socialización de la pobreza. El capitalismo, mi estimado Juan, aunque nos pese, es la única forma más o menos eficaz que ha tenido el ser humano de enfrentarse a la entropía, no sólo la que ya de por sí ofrece la naturaleza, sino a la que hay que añadir el extraordinario aporte de los vagos y los aprovechados, que como bien demuestra la experiencia cubana, son un componente esencial de cualquier sistema en el que se hace más fácil coger regalado, que trabajando.
Saludos,
Francisco

Francisco Alberto Domínguez dijo...

John,

Para que siga aprendiendo sobre Cuba le sugiero que acceda al siguiente enlace que tomé directamente de la página de La Isla Desconocida de su amigo Enrique Ubieta: http://varela1.blogspot.com/2011/03/expendable-6-fuercitas-conmigo.html

Saludos

Iohannesmaurus dijo...

Estimado Sr. Domínguez:
La lectura de las páginas que Vd. me recomienda me parece que no demuestra nada sobre la realidad de los privilegios de los dirigentes cubanos. Personalmente no dispongo de información de primera mano, pero no dude que intentaré conseguirla. En cualquier caso, recorriendo La Habana no he visto ningún auténtico local de lujo, todo me ha parecido de una modestia bastante espartana. Los pocos lugares más "finos", en los que me abstuve de entrar, estaban copados por turistas extranjeros.
Usted, que vive fuera de Cuba, sabe perfectamente que en los países capitalistas, la clase dominante dispone de toda una serie de establecimientos a los que ella sola accede. No tengo noticia de nada de eso en Cuba.
En cuanto a lo que Vd. dice sobre el comunismo y, en concreto sobre el fracao del comunismo primitivo, le remito a la obra de Marshall Sahlin donde se demuestra claramente que las sociedades comunistas primitivas eran sociedades de abundancia y no de escasez como Vd. supone porque se lo han dicho y se lo repiten todos los manuales de economía política que poco tienen que envidiar a los centones soviéticos que padecieron los estudiantes cubanos. Las primeras sociedades en que unos aprovechados vieron del trabajo de la mayoría no fueron las comunistas primitivas, sino las primeras sociedades de clase.

El comunismo no es como Vd. imagina la pereza y la indolencia, sino la actividad libre al margen de la explotación y de la dominación social. Lo que hay de pereza e indolencia en un país socialista tiene más que ver con lo mucho que aún le queda de capitalista (el Estado, la relación salarial etc.) que con lo que tenga ya de comunista. Tenga en cuenta que el comunismo, al menos para Marx, no es el reino de la propiedad estatal, sino el libre acceso de todos a los comunes productivos: la auténtica libre empresa, el auténtico respeto de las singularidades. Ni en el capitalismo, ni en los socialismos se encuentra Vd. con esto.
(sigue en otro comentario)

Iohannesmaurus dijo...

En cuanto a la realidad cubana, tenga en cuenta dos cosas: 1) que el país está sometido a un acto de guerra permanente desde hace más de 50 años, por parte de la primera potencia mundial (me refiero, por supuesto al bloqueo) y 2) que el comunismo sólo puede serun proceso mundial. El socialismo cubano es un régimen social inestable, donde se ha roto parcialmente con el capitalismo, pero la inexistencia de un proceso de trasformación social comunista en los países desarrollados imposibilita el paso al comunismo. Con escasez no hay comunismo y de la escasez sólo se sale mediante la cooperación a escala mundial. Con todo, el socialismo cubano ha permitido a la población, según datos de la UNESCO, la FAO, UNicef, la OMS y otras agencias que Vd. considerará probablemente al servico del castrismo, acceder a niveles de salud, educación y cultura del primer mundo. Es de lamentar que el nivel de consumo material sea muy bajo, pero la responsabilidad exclusiva no recae en el gobierno de Cuba, sino en gran parte también en los distintos gobiernos norteamericanos que han venido manteniendo el bloqueo. Es muy posible que los males del bloqueo se hayan visto acentuados por errores del gobierno, pero es enteramente injusto y erróneo hacerlo enteramente responsable de la situación. En cuanto a las libertades en la Cuba actual, le diré que no me he encontrado con una sola persona que tuviera miedo de criticar la situación económica y la política del gobierno. Hay demasiado unanimismo, demasiada uniformidad de criterios, la gente parece estar, al igual que el gobierno a la defensiva, pero no me pareció en ningún momento gente muerta de miedo como la que pude encontrar en Túnez o en Marruecos recientemente.
Creo, en resumen, que su país es un gran país, rebelde y digno, que, muy probablemente, desarrollaría la amplia democracia y el pluralismo político que exige una transición al comunismo, en cuanto lo dejaran en paz. La Cuba de hoy no es el paraíso terrenal, pero le invito a que la compare con los países de su entorno: República Dominicana, Haití, Jamaica, Nicaragua etc. Cuba conocería muy probablemente una catástrofe social comparable a la de esos países si se sometiera a los dictados de los EEUU y se reintegrase en el orden capitalista mundial. Yo, sinceramente, deseo más bien que los países mencionados puedan algún día ascender al nivel de Cuba.
Tendríamos mucho que discutir, por ejemplo sobre la violencia revolucionaria etc. Algún día, con tiempo, procuraré responder, pero sepa ya que considero, no sólo insultante, sino simplemente absurdo que equipare a Fidel Castro o al Che con los mafiosos por haber utilizado la violencia contra una dictadura. En cuanto a las ejecuciones de torturadores y sicarios de Batista, son perfectamente comparables al terror de la revolución francesa, que, como afirma Robespierre es una de los principios de la república en revolución. El segundo y que debe siempre acompañar al anterior es la virtud. Ambos principios unidos permiten constituir una nueva realidad política: es esta nueva realidad la que ha impedido que su país siguiera siendo un país dependiente con un régimen dictatorial sanguinario como han sido hasta hace bien poco países como El Salvador o Guatemala.
Saludos
JB

Francisco Alberto Domínguez dijo...

John,

Por supuesto que usted no va a ver nada de lujo en las calles de La Habana. Solo faltara que los "comunistas" cubanos además de ladrones también fueran tontos... Entre esa crápula el que más o menos se salva es Fidel porque lo suyo siempre ha sido vivir en las nubes (fíjese que en la universidad le llamaban "bola de churre" porque no se bañaba) y nunca le ha interesado la ostentación, excepto algunas delicattesses...

En cuanto a lo del "comunismo primitivo" lo refiero a la respuesta que le dio Murray Rothbard a "La gran transformación" de Polyani.

Cuba siempre ha estado por encima de su entorno, incluso por encima de Puerto Rico y España antes del 59, a pesar de ser la república más jóven del continente y haber nacido como nación tras una guerra que le costo 300 mil muertos. Ahora producimos azúcar al nivel de aquellos tiempos -1900.
Se podrán quejar de las sanciones económicas de Estados Unidos, las cuales, por supuesto, son inmorales, pero ahí están los discursos de Fidel Castro en los 70 riéndose de las sanciones económicas, mientras recibía ayuda de los soviéticos por un monto superior a varios planes Marshalls. ¿Qué significaría la eliminación de las sanciones? Darles a los malversadores otra teta para chupar. De hecho, yo estoy a favor de que le abran la teta, para que de verdad se vea la ineficacia del castrismo y se les acabe el cuento.
No se insulte tanto, que Fidel Castro es un asesino desde sus días universitarios, y el Che tiene un historial bastante triste como incitador al odio y criminal... Lo que pasa es que cada cual ve lo que quiere ver...