miércoles, 17 de noviembre de 2010

Los expertos: Sobre las declaraciones de González-Sinde acerca del Sáhara y la incompatibilidad de la democracia y el poder de los expertos.




La flamante ministra de Cultura del gobierno de Zapatero, Ángeles González-Sinde, se refirió en unas recientes declaraciones a Radio Nacional de España a las opiniones expresadas por determinados artistas acerca de la actual represión marroquí en el Sáhara Occidental. Lo afirmado por la ministra tal como lo recogen los diarios Público y La Vanguardia es lo siguiente:

"Nuestra responsabilidad en este asunto es lo suficientemente importante y es un tema lo suficientemente delicado como para que los que no somos expertos no hagamos ese papel de opinar y de contribuir a la confusión en lugar de encontrar soluciones"

1. En primer lugar, la ministra invoca -tal vez ignorando que pueda haber otra- una ética de la responsabilidad ("Nuestra responsabilidad en este asunto es lo suficientemente importante y es un tema lo suficientemente delicado.."). Recordemos que este tipo de planteamiento ético se contrapone desde Max Weber a la "ética de la convicción" o de "los principios". Lo fundamental es así para la ministra tener en cuenta las consecuencias de los actos que se realizan y no sólo el carácter moral o indecente de estos. Aquí, lo que está en juego son las relaciones con Marruecos en las que se nos da a entender que hay implicados muchos intereses económicos que van más allá de la "parcelita" que Felipe González afirmaba en su entrevista del País poseer en el Reino Alauita. Así, las consecuencias de una degradación de las relaciones con Mohamed VI deberían primar sobre el derecho de autodterminación e incluso sobre la libertad, la vida y la integridad física de los saharauis.

2. Por esto mismo, hay que dejar la palabra a los expertos y callarse. No se trata de que "los que no somos expertos hagamos ese papel de opinar" como dice la ministra torturando la lengua de Cervantes. No debemos, por lo tanto asumir un papel que no es el nuestro y que corresponde a quienes no saben de principios, sino de consecuencias: los expertos. Los expertos son los únicos que, en estas misteriosas y fangosas relaciones entre dos monarquías cuyo origen poco tiene que ver con la democracia, conocen lo que va a pasar con los intereses españoles si se defienden los derechos de los saharauis. El experto piensa en términos de causas y de efectos, de mecanismos que excluyen todo juicio ético. Su universo es el orden social y político existente y su objetivo no puede ser otro que su reproducción simple o ampliada. Otros expertos del mismo gobierno también habían decretado últimamente que hay que congelar sueldos y pensiones y atrasar hasta edades provectas la edad de la jubilación para que el capital financiero mantenga su confianza en España. Los expertos consideraron que el orden que beneficia al capital financiero es el único orden posible, incluso cuando, manifiestamente perjudica a la inmensa mayoría.

3. La ministra sostiene que los expertos son quienes más allá de "la confusión" saben "encontrar soluciones". Ahora bien, en el caso del Sáhara la confusión no la crean los no expertos que se permiten opinar, sino la gestión de este conflicto por parte de las autoridades marroquíes que han impuesto el cierre del territorio saharaui a la prensa española y a la prensa internacional que no comulga con su versión de los hechos. Dentro de esta confusión a la que contribuyó la torpeza de ciertos responsables saharauis que presentaron una foto de Gaza como si fuera del Sáhara, los expertos pisan un terreno sólido, el de los "intereses de España", esto es el de los intereses del capital español invertido en Marruecos o los de la "lucha contra el terrorismo islámico". Para defender estos supremos intereses, esto es el dinero de unos pocos o la perpetuación del miedo ante una amenaza fantasma que justifica un estado de excepción permanente, hay que renunciar a las obligaciones internacionales del Estado español, a su obligación de proteger a numerosos saharauis que siguien siendo ciudadanos suyos o a principios democráticos elementales como el derecho a la autodeterminación (renuncia esta última que las autoridades españolas hacen sin dolor, pues se ufanan de practicarla en su propio territorio). Los expertos nos dicen que la única opción es la complicidad con la ocupación y colonización marroquí y con sus consecuencias. Los socialistas españoles que se atienen a su dictamen comparten así la divisa de Margaret Thatcher, tan bien ajustada a la ideología espontánea de todos los expertos: "TINA" ("There Is No Alternative"/"No Hay Alternativa". Así, los "expertos" van instilando en el propio idioma castellano los significantes que vehiculan esta máxima como el extendidísimo latiguillo de la prensa y de los políticos "esto no es una opción". Anglicismo de ignorantes que oculta a penas la miseria ética del "experto".

4. Es difícil definir la democracia, pero si hay algo que la caracteriza es que no es un gobierno de los expertos. Más bien es un gobierno de los que no saben, o de los que sólo saben de aquello de lo que todos sabemos. La democracia se opone al poder aristocrático basado en la filiación o en el saber así como al poder plutocrático basado en la riqueza. Como afirma Jacques Rancière en su libro El odio de la democracia (2005), la democracia griega se basaba en el "demos", esto es en el pueblo concebido en oposición a los poderosos, como la parte de los que no tienen parte en la riqueza, en la nobleza ni en el saber, pero sobre todo, la democracia griega seleccionaba a los gobernantes por sorteo. Sólo el azar puede, en efecto decidir entre individuos rigurosamente iguales quien va a ostentar la responsabilidad de gobierno. No es así la elección, que siempre se basa en una cualidad o en la fabricación demagógica de la apariencia de una cualidad, sino la mera suerte la que decidía los cargos más importantes de la vida pública.Como afirma Rancière "Democracia significa en primer lugar lo siguiente: un "gobierno" anárquico, que no se basa en niguna otra cosa que la inexistencia de cualquier derecho propio a gobernar". Este aparente "escándalo" obedece al hecho de que la política -de la que la democracia no es sino el otro nombre-, a diferencia de la fabricación de automóviles o de la conducción de rebaños no requiere un saber, no es una técnica, sino una posición ética de la que todo animal parlante debe ser capaz. La virtud política existe, pero no está en el saber, sino en el juicio, en la capacidad de pensar prácticamente en la coyuntura, sin experiencia, ni ciencia, ni garantía. Tal es la belleza de la democracia que nosotros no conocemos, puesto que nos gobiernan los más ricos con la complicidad de los expertos.

6 comentarios:

Ya veremos dijo...

Tienes mucha razòn; gracias por publicar estos textos.

Siempre he pensado que hay una afinidad profunda entre Rancière y Arendt.

Faltarìa explicitar qué entiendes por juicio ético, en fin, si apetece. Tal y como lo defines al final, asemeja lo que los antiguos llamaban prudencia, phrònesis.


un saludo,

jordi.

Unknown dijo...

Se hace complicado salir de las trampas que nos impone el poder con sus argucias a los impotentes de lo social.

Ni me gusta la oligarquía de los expertos en nadología ni me gusta la ignorancia criminal y arrogante de ese demos que se revuelca en sus heces fecales y se alimenta de la basura que les arrojan los poderosos a diario. ¿Qué hacer?

¿Cómo luchar contra la mierda de pueblo que esta calamitosa historia nos ha impuesto durante milenios de hedor y terror?

Unknown dijo...

La señora -o señorita: ¡que poco sé y menos me importa!- "Sin(¿tachadura?)D" o sabe muy bien lo que dice y ¿entonces por qué no se lo autoaplica? Pues: ella en qué es experta para haber sido nombrada de esa cosa tan indefinible como la Cultura; o no sabe lo que está diciendo y entonces ¿qué hace diciendo lo que dice? ¿por qué se le nota tanto el miedo a la plutocracia nazi que está instalada en la vieja y corrupta Europa? Acaso ¿no sabe nada del montaje de vídeo que ha hecho la monarquía aluita de Marruecos sobre los campamentos del Sáhara? ¿Quién había visto alguna vez a las gentes del Polisario en relación con ALQaeda? Pues en la rtve lo relacionan y se quedan tan panchos. Se sabe de muy buena tinta que el reino alauita fichó a los criminales degolladores días antes entre las gentes rabiosas de las cloacas de Rabat y que han tardado unos días en montar el vídeo a su imagen y semejanza. Y la señorita NI(n)Dea se lo ha tragado todo, todito todo: ¡¡y eso que podría aparecer en los créditos de la peli como EXPERTA en montajes de cine!!

Lástima que no les contemos con lógica tan simple y banal las meteduras de pata que tienen a diario estos mentecatos.

Deberían ser de lectura obligatoria algunas de las páginas de Jacques Ranciere sobre la Idea de Democracia. No deberíamos de seguir manchando más esa palabra. Hay que llamar a las cosas por su nombre. Y en un sistema de deformación capitalista la democracia es un imposible radical.

Gonzaga dijo...

Tomando otro asunto como referencia, pero aludiendo también a las declaraciones de la Sindescargas, Enrique Dans suscribe la misma tesis: http://www.enriquedans.com/2010/11/todo-para-el-pueblo-pero-sin-el-pueblo-cronica-de-una-democracia-enferma.html Y para quienes quieran reírse por no llorar, http://blogs.publico.es/manel/2729/hasta-aqui-podiamos-llegar/

Pero me gustaría señalar una cosa. Hay gente que está indignada con la designación para cargos públicos de personas incompetentes en su materia. Lo de Leire Pajín es de traca: una ministra de Sanidad que encima de no haber trabajado nunca en el ramo, usa pulseras Power Balance. Pero entonces pienso en que Bernat Soria tenía una excelente formación y tampoco hizo gran cosa -para empezar, nunca se propuso derogar la Ley de Gestión de Medios que ampara la alegre privatización de las Aguirre y los Camps. Puesto que el currículo no es garantía de que un ministro haga políticas de izquierda radical, ¿qué habría que hacer? ¿Exigir tranparencia y debate en sus proyectos, para que no los ejecute a su albedrío? En fin, qué lío.

Iohannesmaurus dijo...

(Ya veremos) Por juicio ético entiendo algo parecido a lo que entiende Kant, esto es un acto por el cual el entendimiento aplica principios universales a lo singular, sin que lo singular pueda nunca derivarse lógicamente de esos principios. En eso, hay cierta coincidencia con la frónesis aristotélica, pero también con las reflexiones de Wittgenstein en ls Investigaciones Filosóficas sobre qué significa aplicar una norma. En último término, todo remite en la democracia, o, lo que es lo mismo, en la política, puesto que fuera de la democracia no hay política, a un momento de decisión sin ninguna garantía.

Iohannesmaurus dijo...

(Maldito y Gonzaga) Conviene introducir una importante matización a lo dicho sobre el sorteo como método de elección de cargos: este método sólo se aplicaba en la democracia ateniense a los cargos políticos. Para los cargos técnicos, había elecciones en las que cada candidato presentaba sus méritos. La competencia política corresponde a quien posee la prudencia y el juicio, virtudes que se encuentran bastante bien repartidas; la competencia técnica, por el contrario, nos hace desiguales, pues unos la han adquirido y otros no y entre quienes la tienen, unos la poseen mejor que otros. Por eso, en Atenas (como recuerda Hannah Arendt) se elegían los arquitectos y los almirantes de la armada, pero no los cargos políticos. Hoy, en cambio, los cargos políticos se eligen, como si depedieran de una competencia técnica, y los cargos técnicos dependen del azar de las amistades, la corrupción o las relaciones de poder internas a los partidos. En cierto modo, tenemos el negativo de una democracia.
(Maldito) El demos ignorante no es ni más ni menos ignorante que quienes lo gobiernan. Como advertían Maquiavelo y Spinoza: "todos somos vulgo". En situaciones de opresión como la actual, la multitud pude ser una canalla temible, pero eso es sólo el resultado de una correlación de fuerzas interna a la multitud. El único horizonte es interno a la dinámica de la multitud. ¿Cómo luchar cotra la "mierda de pueblo" que hemos llegado a ser? En primer lugar, dejando de creer que sólo sea "una mierda" y reconociendo los elementos de potencia y de libertad que en él existen. Un poco a la manera de los antiguos cabalistas que recogían las ascuas dispersas de la luz divina ocultas tras los cascotes (qelipot) resultantes de la destrucción del Adán originario (Adam Qadmon). Los cabalistas vivían en la ausencia del principal atributo divino (Shekinah: presencia) y en esa noche hacían pacientemente su trabajo. Creo que debemos ser cabalistas materialistas, resquebrajando la relación capital, liberando a diario parcelas de libertad en cada uno de nosotros o, lo que viene a ser los mismo, en nuestra relación con los demás.